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miércoles, 7 de septiembre de 2016

Capítulo 38: El Destructor (I)

Lo ocurrido había dejado impactado a todo el mundo.

Luna y Michelle habían recibido ciertas heridas al intentar frenar a Demi sin éxito.

Heia y Selphie no habían recibido daño alguno pero estaban defraudadas con ellas mismas por no haber podido hacer nada.

Luis se quedó con las ganas de vencer a Saix y de vengarse de sus dos amigos de la Tierra.

Noelia era la más dolorida por la pérdida de sus dos amigos, pero estaba decidida a vengarse.

-Aunque ya no hay nadie a quien salvar, hay que continuar. La trampa aún sigue- dijo Selphie quien sabía cómo estaba organizada la trampa por haber estado en las reuniones de su preparación.- Ahora estamos ante dos caminos: uno lleva a la Torre Oeste y otra a la Torre Este. En lo más alto de cada torre se encuentra una pasarela, y ambas pasarelas se unen en el punto intermedio de las dos torres. En ese punto intermedio está el Mirador y es el lugar al que tenemos que llegar.

-¿Y por qué tenemos que llegar allí? Lo mejor que podemos hacer ahora es huir. Más arriba solo nos esperan más combates y sería una lucha sin motivo para nosotros- dijo Luna.

-El motivo es el saber- dijo Heia en esta ocasión, quien al igual que Selphie, sabía cómo estaba estructurada la trampa.- Se creía que os íbamos a poder atrapar en la sala donde apareció Lar… bueno, Luis. Por si acaso estaba esta sala para poder hacer un intercambio, liberar a Leo por Noelia, sin embargo, ante la mayoría que somos y los pocos que eran han preferido reducir nuestro número lo máximo posible y a la vez disminuir nuestra moral.

-Y ahora viene el combate más difícil y la vez más peligroso- continuo explicando Selphie.- Aquellos que solo estaban aquí solo para supervisar, dos Generales: Máximo el destructor en la Torre Este y SilverFox el guerrero invencible en la Torre Oeste.

-Aun no habéis contestado la pregunta de Luna- intervino Noelia ahora.- ¿Por qué continuar?

-Ahora iba a decirlo- le contestó Heia.- Sea cuando sea que te fueran a capturar, tenían claro una cosa, el momento había llegado, el momento de poner en marcha el plan para conseguir dominar todos los mundos y extender la paz universal, plan que solo conocen los tres generales y el líder de Pax Universalis, Hesoda. Y para que ese plan se ponga en marcha es necesario que tú, Noelia, conozcas el por qué eres especial, es decir, conozcas el por qué eres tan necesaria.

Estas palabras hicieron que todos desearan continuar. Descubrir el motivo de que lo hayan involucrado en todo eso. Noelia ya estaba decidida a seguir, por Emily y por saber la verdad.

A Luis le vino entonces el recuerdo de su conversación con SilverFox. ¿Acaso Noelia podría ser como él? ¿Podría ser Noelia un Alma Pura? Luis tenía claro que si continuaba terminaría de comprender las palabras que SilverFox le dijo en su momento.

-Además yo les quiero preguntar una cosa- dijo Noelia.- Habéis estado hablando de algo que me interesa mucho saber. La regeneración de los mundos. Quiero saber cómo recuperar la Tierra.

-Yo también lo quiero saber- dijo Luis.- Se lo preguntaremos cuando subamos y les obligaremos a que nos lo digan ya.

-La cuestión es- dijo en esta ocasión Selphie- es que sabremos la verdad ganemos el combate o lo perdamos, pero siempre es mejor no ser prisionero de nadie. Es por eso que hay que luchar.

-Si hay que luchar yo me voy- dijo Michelle.- Estoy cansada y herida, solo interrumpiría.

-Yo te acompaño, estoy lo mismo- dijo Luna.- Hoy no es el día en el que moriré, así que iré abajo e iré comunicando a los demás lo ocurrido. Les diré a los que no están heridos que vengan a ayudaros.

-Me parece bien, pero tened cuidado, shadows andan sueltos- les dijo Luis dándoles esa advertencia.

Luna y Michelle se fueron escaleras hacia abajo, dejando a solo cuatro guerreros; Selphie, Heia, Noelia y Luis.

-Ahora hay que ver por dónde vamos. Un general es demasiado fuerte como para separarnos, tenemos que mantenernos juntos si queremos tener posibilidad de victoria. Somos tres antiguos miembros de los Doce Guerreros y una chica que llega a nuestro nivel, pero aun así será muy difícil- dijo Heia.

-Creo que primero deberíamos ir a por Máximo- dijo Selphie.- SilverFox es una de las personas más fuertes que conozco capaz de hacer frente a cualquier amenaza. Ir a por él sería un error.

-Coincido en ello, debemos ir a la Torre Este y vencer primero a Máximo, o al menos hacerle frente. Será un combate complicado- dijo Luis.- Nuestro nivel aún no está al nivel de SilverFox.

A pesar de que Luis decía eso, por dentro lo que verdad pensaba era en que SilverFox era un hombre razonable quien podría evitar el combate, además de que le caía bien y le parecía un buen tío solo con las ideas equivocadas.

Máximo era todo lo contrario. La solución que daba a todo era luchar y combatir. Para él, el más fuerte siempre llevaba razón.

-Lo que digáis vosotros, yo no los conozco así que confiare en vosotros- intervino Noelia.

Los cuatros chicos comenzaron así a subir las escaleras que llevaban a la Torre Este donde el general, Máximo el destructor los esperaba.

Al subir a lo más alto de la torre, se encontraron una sala espaciosa con una puerta que conduciría al Mirador. Allí, solo una persona de gran tamaño. Perfectamente podría ser tres metros de alto y más de dos de ancho. La túnica de Pax Universalis era lo que llevaba y la cara era adornada por una gran cantidad de cicatrices. Ojos de color naranja y pelo corto, rizado y castaño. Daba miedo.

-Máximo, somos cuatro contra uno, sabes que tienes la de perder, déjanos pasar o cuéntanos los secretos que nos ocultáis- dijo Selphie con gran confianza intentando intimidar a la bestia.

-¿Ni un hola le dices a tu antiguo jefe? Hay que enseñarte modales niña- dijo Máximo.- Por aquí no pasará nadie si no es prisionero.

-Somos tres ex miembros de los Doce Guerreros y una chica que está a nuestro nivel. Por muy fuerte que seas no tienes opciones- dijo Luis.- Además, aun no has visto el verdadero poder que podemos ocultar alguno de los aquí presentes.

-Cállate sucio traidor. He estado viendo todo lo ocurrido desde aquí. Sé lo que ha pasado- dijo Máximo.- Sé que te disfrazaste de Lar para engañar a todo el mundo y sé que tú junto a Heia y Selphie sois los traidores de Pax Universalis y merecéis un castigo por ello.

-Dinos lo que sabes de regenerar los mundos y seremos piadosos- dijo Noelia.

-Dulce niña, tienes suerte de que no te pueda matar por el bien del plan- dijo Máximo.- Es una pena que los demás no puedan tener esa suerte. Si os enfrentáis a mi acabareis muertos.

-Tú lo has querido, aquí tienes tu combate. Tu último combate- dijo Heia mientras que todos los presentes invocaban sus armas.

El arma de Máximo, era un espadón más grande que él. La espada más grande vista jamás. Una espada pensada para acabar con todo enemigo con un solo golpe, ya que dar varios golpes seguidos con semejante barbaridad de espada era de extrema dificultad. Los chicos tendrían que centrarse lo máximo posible para que ese golpe no les diese.


Así comenzó el combate que enfrentó al General Máximo el destructor contra Heia, Selphie, Noelia y Luis.

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