El combate entre los aprendices de los Doce
Guerreros contra Sue, Selene, Liam y Alice había empezado.
Eran cinco los aprendices contra los que se
enfrentaban, tenían inferioridad numérica. Sin embargo, los chicos habían
entrenado lo suficiente como para poder hacerles frente. Era claro que ni Liam
ni Alice llegaban al nivel de los Doce Guerreros y que no les podría hacer
frente, sin embargo, contra los aprendices podían ganar fácilmente.
Sue y Selene sí podrían con alguno de los Doce
Guerreros, pero el cansancio acumulado de la batalla contra Cintia y de sanar a
los otros chicos hizo que fuese impensable el hecho de que ellas se enfrentasen
contra alguno de los Doce Guerreros, y eso era algo que las gemelas sabían, por
eso salieron voluntarias para combatir contra los aprendices, esa era su
batalla, era la forma en la que más podían ayudar en ese momento.
Liam, Alice, Sue y Selene se enfrentaron en
una batalla contra los aprendices, en una batalla donde darían todo lo que les
queda.
Entre los aprendices estaban Corelia e Iris,
aprendices de la chica rayo. Además de ellas dos, estaba Morfeo, aprendiz de
Herodes el grande de los Doce Guerreros. También estaban Atenea y Apolo,
aprendices de Hades el demonio de los Doce Guerreros. Eran fuertes pero no
llegaban al nivel de los demás miembros de Pax Universalis.
La batalla se presentaba emocionante, y así
fue. Un no parar de ataques se vivió donde no había respiros para ninguno de
los dos bandos. Magia de distintos elementos volaban de un lado a otro sin
parar. Las armas no paraban de chocar las unas con las otras. Las fuerzas menores
de los dos bandos se estaban enfrentando.
No muy lejos de esa batalla, Luna y Demi
tenían su encuentro personal. Enfrentamiento donde no se podía saber quién
ganaría.
Lo que Demi creía que sería sencillo, se
volvió muy complicado, Luna era un rival muy superior a lo que él había
pensado.
-¡Gran Luz de la Luna!- gritó la chica de tez
pálida provocando que un gran resplandor cubriera la zona del combate y cegando
a su vez a Demi, quien empezó a sentir como múltiples bolas de esa misteriosa luz
le daban por todo su cuerpo haciéndole mucho daño a su cuerpo.
Una vez la luz cegadora se fue, se vio a un
Demi muy malherido pero aun de pie con la espada en mano y una sonrisa en su
cara que reflejaba que aún no estaba vencido.
-¡Estocada Tsunami!- dijo el joven aprendiz de
Saix a la par que movía su espada a escasos metros de Luna. De la espada salió
una ola de agua gigantesca que destruiría todo lo que se interpusiera en su
camino.
Luna no pudo hacer nada para esquivarla y le
dio de pleno. Cuando el agua desapareció, se vio como Luna seguía de pie con
muchas heridas en su cuerpo. En su cara una sonrisa se dibujaba, una sonrisa
que indicaba que el combate aún no había terminado.
Los dos se miraron a la cara sonriendo. Los
dos malheridos. Si fueran personas normales, los dos ya habrían caído con tal
cantidad de daño en sus cuerpos, pero ahí seguían, con ganas de seguir
luchando.
No tardaron mucho más tiempo en volver a
acercarse el uno al otro corriendo para seguir atacándose, para seguir esa
batalla. La intensidad de los ataques había bajado pues ya no tenían tantas
energías como antes, pero aún seguían combatiendo. El ritmo del combate había
bajado, pero seguían sin parar de combatir. Ninguno de los dos quería perder.
-No habías mostrado tanta fuerza ni tanto
coraje cuando yo estaba en con vosotros- dijo Demi elogiando a Luna por el
combate que estaban teniendo.
-Siempre hay que esconder algo debajo de la
manga por si alguno de tus compañeros resulta ser un traidor- dijo Luna con
cierta ironía.
-¿Aun sigues resentida por eso? Supéralo ya,
no puedes estar toda tu vida así- dijo Demi vacilando.
-Todo este combate es por eso, para vengarme
de la gente que creyó tu mentira, para vengarme de todo el Grupo 7 que tú
traicionaste- dijo Luna sin vacilar y decidida.
-Entonces dalo todo. Quiero que lo des todo en
este combate. Nunca me había emocionado tanto con un combate, no me
decepciones- dijo Demi con la intención de provocar a Luna.
- Ten claro que eso voy a hacer y que tú
acabarás en el suelo- dijo Luna ante las provocaciones de Demi.
-Eso habrá que verlo- dijo Demi volviendo a
mostrar una sonrisa desafiante.
La charla terminó y el combate se reanudo. El
no parar de ataques volvió.
Los dos estaban decididos por la victoria y
los dos iban a darlo todo para ganar. Costase lo que costase.
Este combate se desarrollaba al mismo tiempo
en que Luis, Noelia, Aura, Michelle, Heia y Selphie subían hacía la cima del
monte donde se encontraba el Soul Graveyard.
El camino estaba siendo sencillo para este
grupo, apenas unas shadows se le oponían. Avanzaban rápidamente por el sendero
hacía la cumbre, donde sus destinos los esperaban.
Ya se podía ver el final del trayecto hacia la
cumbre, un poco más solo.
Cientos de shadows aparecieron delante de los
chicos bloqueándoles el camino.
-Mierda… ahora que estábamos tan cerca de
llegar a la cima- dijo Aura con un poco de enfado en su tono.
-Es claro que lo hacen para que no avancemos,
seguro que a Luis y a Noelia no le hacen nada- dijo Selphie mientras miraba a
su alrededor comprobando que estaban rodeados por todas partes por las shadows.
-Qué lista eres, se nota que estuviste un
tiempo en Pax Universalis hasta que nos traicionaste- dijo un hombre vestido de
miembro de Pax Universalis detrás de las shadows, un hombre de pelo rojo como
el fuego y ojos verdes esmeraldas; Lea, el domador del fuego, uno de los Doce
Guerreros y el oficial de Blade.
-Tardabais en aparecer ya, parecía incluso que
esto iba a ser fácil- dijo Heia con cierta ironía.
-Lo bueno se hace esperar, o al menos eso es
lo que dicen- le respondió Lea a Heia.
-Somos seis contra uno, creo que tienes las de
perder- dijo Noelia con ganas de que Lea huyera.
-No, este es mío- dijo Michelle haciendo que
todos se sorprendieran por esa actitud que de repente mostró, una actitud que
nadie se esperaba.- Nunca me voy a olvidar de ti, todo el tiempo que estuve en
Pax Universalis te he tenido rencor.
Lea, extrañado por esas declaraciones, hizo un
gesto como si estuviera pensando para reírse de la chica del pelo negro.
-No te rías tanto Lea, yo también te tengo
rencor, ella sola no se ocupará de ti, tendrá mi ayuda- dijo Aura haciendo que
la sorpresa en los presentes aumentara.
Lea hizo un gesto y dijo:
-¡Ya me acuerdo! Pero eso fue hace bastante
tiempo. Sois muy rencorosas, tenéis que ser menos vengativas.
Las dos chicas sonrieron a la vez.
-Por tu culpa nos unimos a Pax Universalis-
dijo Michelle.
-Tú nos secuestraste de la Tierra cuando
estaba siendo destruida- dijo Aura.
Todos comprendieron la situación entonces, y
todos entendieron que el combate contra Lea sería de ellas dos.
-Solo veis la parte negativa, no pensáis en
que os salve la vida. De haberos dejado allí hubieseis muerto junto a vuestro
planeta- dijo Lea vacilando a las chicas.
-Mejor morir que hacer lo que hicimos- dijo
Michelle con mucho carácter.
Lea se quedó mirando las caras de las dos
chicas y vio en ellas una decisión clara, una decisión de combatir contra él.
-Bueno, si tanto queréis vuestra ‘venganza’,
tomadla- dijo Lea mientras que una sonrisa se dibujaba en su cara.
En un instante, Lea se lanzó hacia las dos
chicas sin que estas no pudiesen hacer nada recibiendo un ataque que hizo que
las dos chicas retrocediesen gran parte del trayecto hacia la cima. Lea las
había acompañado. Allí sería el combate.
-¿Estarán bien?- preguntó Luis preocupado por
sus amigas.
-Sí, el ataque que han recibido no era fuerte,
era únicamente para hacerlas retroceder en el camino y colocarse lejos de
nosotros y de nuestra posible ayuda- dijo Heia con mucha confianza.
-Si es así… solo nos queda confiar en ellas-
dijo Noelia con fe de que conseguirían vencer a Lea.
-Pues no esperemos más, destruyamos estas
shadows y continuemos nuestro camino- dijo Luis ya con sus dos espadas en la
mano y listo para luchar contra las shadows.
-No, vosotros, Luis y Noelia, tenéis que
continuar, ya habéis perdido bastante tiempo- dijo Selphie con tono serio.
-Tenemos que llegar todos juntos…- dijo Noelia
sin poder terminar la frase antes de que Heia le interrumpiese.
-Solo tenéis que llegar vosotros dos, los
demás no somos necesario de momento- dijo Heia.
-Si lo sois, sin ayuda no podremos con los
rivales que nos esperan allí adelante- dijo Noelia casi suplicando que les
acompañasen.
-Lo sabemos, pero aquí hay mucho trabajo. No
solo las shadows, aún quedan tres de los Doce Guerreros. Vosotros no podéis
cansaros más, sino no tendréis ninguna posibilidad de vencer. Debéis de seguir
el camino sin nosotras- dijo Selphie.
-Selphie… Heia…- dijo Noelia con cierta
tristeza.
-Noelia, llevan razón. Ya estamos bastante
cansados, más combates sólo nos cansarían más. Debemos seguir hacia delante, no
solo por nosotros, sino por todos aquellos que están dándolo todo para que
lleguemos- le dijo Luis a Noelia.
Sin decir ni una palabra más, los cuatro se
intercambiaron las miradas. Todos sabían lo que tocaba hacer, todos sabían que
había que confiar en que saliese bien.
Luis y Noelia salieron corriendo hacia la
cima, sin pararse, sin mirar atrás, con su objetivo claro; terminar con esta
batalla y con la guerra.
Luis y Noelia no tuvieron muchos más problemas
y consiguieron llegar a la cima, donde les esperaba un comité de bienvenida.
Selphie y Heia se enfrentaron a las shadows,
que aunque eran fáciles de vencer, el gran número de esas criaturas era
molesto.
No tardaron mucho en aparecerse delante de Selphie
y Heia tres miembros de Pax Universalis, los tres de los Doce Guerreros que
quedaban por aparecer; Hades, el demonio; Herodes, el grande; Axel, el domador
del hielo.
En seguida todas las shadows desaparecieron.
-Estoy feliz, nuestra misión es una de las
mejores que nos podían tocar, matar a dos traidoras- dijo Axel con cierto tono
cómico.
-Por fin nos toca luchar, parecía que nunca
nos tocaría. Tengo ganas de matar a gente y desahogarme- dijo Hades con cierto
tono maniaco.
-Relájate Hades, hay que cumplir la misión y
ya está, no hay que volverse loco- dijo Herodes con tono sereno.
-Aunque seáis más, no podréis vencernos, tened
claro que hemos venido hasta aquí para acabar con Pax Universalis- dijo Selphie
con una sonrisa en su cara.
-Vais muy confiados, y eso es malo, y más aún
si os enfrentáis a nosotras dos- dijo Heia con su arma ya en la mano.
Sin mediar más palabra, el combate empezó,
Axel, Hades y Herodes contra Selphie y Heia.
No muy lejos de ese monte, encima del valle,
una persona que no había sido visto por nadie observaba la batalla. No tenía
intención de intervenir, solo quería ver.
Era un misterioso hombre que llevaba capa
negra que le cubría todo el cuerpo. En su cabeza destacaba una chistera de
color negro.
Su cara daba auténtico pánico; la mitad
izquierda estaba tapada por una media máscara de teatro blanca; la otra mitad estaba
al aire libre, y reflejaba una cara llena de heridas y cicatrices, una cara
quemada por el fuego.
Este hombre se limitaba a observar. A observar
y pensar. El hombre pensó en voz alta:
-Esta batalla es importante… bastante
importante… demasiado importante. En esta batalla hay bastantes errores,
errores que ya no se pueden solucionar, a no ser que se destruyan por completo.
Pero, no hay que ir destruyendo a la ligera… eso nunca. Lo único seguro es que el
final de esta batalla decidirá el futuro del universo. Todo depende de si la
puerta se abre o no. Si se abre, pues no me quedará otra que acabar con los
Errores del Destino. Ese es mi único propósito en mi vida, ser el vasallo de
Destino y acabar con sus Errores. Soy Burn, el vasallo del Destino.
Este hombre observaría toda la batalla, sin
intervenir en ella, solo observando para saber que tendría que hacer en un
futuro no muy lejano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario