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miércoles, 19 de octubre de 2016

Capítulo 50: Escalando el Monte

El combate entre los aprendices de los Doce Guerreros contra Sue, Selene, Liam y Alice había empezado.

Eran cinco los aprendices contra los que se enfrentaban, tenían inferioridad numérica. Sin embargo, los chicos habían entrenado lo suficiente como para poder hacerles frente. Era claro que ni Liam ni Alice llegaban al nivel de los Doce Guerreros y que no les podría hacer frente, sin embargo, contra los aprendices podían ganar fácilmente.

Sue y Selene sí podrían con alguno de los Doce Guerreros, pero el cansancio acumulado de la batalla contra Cintia y de sanar a los otros chicos hizo que fuese impensable el hecho de que ellas se enfrentasen contra alguno de los Doce Guerreros, y eso era algo que las gemelas sabían, por eso salieron voluntarias para combatir contra los aprendices, esa era su batalla, era la forma en la que más podían ayudar en ese momento.

Liam, Alice, Sue y Selene se enfrentaron en una batalla contra los aprendices, en una batalla donde darían todo lo que les queda.

Entre los aprendices estaban Corelia e Iris, aprendices de la chica rayo. Además de ellas dos, estaba Morfeo, aprendiz de Herodes el grande de los Doce Guerreros. También estaban Atenea y Apolo, aprendices de Hades el demonio de los Doce Guerreros. Eran fuertes pero no llegaban al nivel de los demás miembros de Pax Universalis.

La batalla se presentaba emocionante, y así fue. Un no parar de ataques se vivió donde no había respiros para ninguno de los dos bandos. Magia de distintos elementos volaban de un lado a otro sin parar. Las armas no paraban de chocar las unas con las otras. Las fuerzas menores de los dos bandos se estaban enfrentando.

No muy lejos de esa batalla, Luna y Demi tenían su encuentro personal. Enfrentamiento donde no se podía saber quién ganaría.

Lo que Demi creía que sería sencillo, se volvió muy complicado, Luna era un rival muy superior a lo que él había pensado.

-¡Gran Luz de la Luna!- gritó la chica de tez pálida provocando que un gran resplandor cubriera la zona del combate y cegando a su vez a Demi, quien empezó a sentir como múltiples bolas de esa misteriosa luz le daban por todo su cuerpo haciéndole mucho daño a su cuerpo.

Una vez la luz cegadora se fue, se vio a un Demi muy malherido pero aun de pie con la espada en mano y una sonrisa en su cara que reflejaba que aún no estaba vencido.

-¡Estocada Tsunami!- dijo el joven aprendiz de Saix a la par que movía su espada a escasos metros de Luna. De la espada salió una ola de agua gigantesca que destruiría todo lo que se interpusiera en su camino.

Luna no pudo hacer nada para esquivarla y le dio de pleno. Cuando el agua desapareció, se vio como Luna seguía de pie con muchas heridas en su cuerpo. En su cara una sonrisa se dibujaba, una sonrisa que indicaba que el combate aún no había terminado.

Los dos se miraron a la cara sonriendo. Los dos malheridos. Si fueran personas normales, los dos ya habrían caído con tal cantidad de daño en sus cuerpos, pero ahí seguían, con ganas de seguir luchando.

No tardaron mucho más tiempo en volver a acercarse el uno al otro corriendo para seguir atacándose, para seguir esa batalla. La intensidad de los ataques había bajado pues ya no tenían tantas energías como antes, pero aún seguían combatiendo. El ritmo del combate había bajado, pero seguían sin parar de combatir. Ninguno de los dos quería perder.

-No habías mostrado tanta fuerza ni tanto coraje cuando yo estaba en con vosotros- dijo Demi elogiando a Luna por el combate que estaban teniendo.

-Siempre hay que esconder algo debajo de la manga por si alguno de tus compañeros resulta ser un traidor- dijo Luna con cierta ironía.

-¿Aun sigues resentida por eso? Supéralo ya, no puedes estar toda tu vida así- dijo Demi vacilando.

-Todo este combate es por eso, para vengarme de la gente que creyó tu mentira, para vengarme de todo el Grupo 7 que tú traicionaste- dijo Luna sin vacilar y decidida.

-Entonces dalo todo. Quiero que lo des todo en este combate. Nunca me había emocionado tanto con un combate, no me decepciones- dijo Demi con la intención de provocar a Luna.

- Ten claro que eso voy a hacer y que tú acabarás en el suelo- dijo Luna ante las provocaciones de Demi.

-Eso habrá que verlo- dijo Demi volviendo a mostrar una sonrisa desafiante.

La charla terminó y el combate se reanudo. El no parar de ataques volvió.

Los dos estaban decididos por la victoria y los dos iban a darlo todo para ganar. Costase lo que costase.

Este combate se desarrollaba al mismo tiempo en que Luis, Noelia, Aura, Michelle, Heia y Selphie subían hacía la cima del monte donde se encontraba el Soul Graveyard.

El camino estaba siendo sencillo para este grupo, apenas unas shadows se le oponían. Avanzaban rápidamente por el sendero hacía la cumbre, donde sus destinos los esperaban.

Ya se podía ver el final del trayecto hacia la cumbre, un poco más solo.

Cientos de shadows aparecieron delante de los chicos bloqueándoles el camino.

-Mierda… ahora que estábamos tan cerca de llegar a la cima- dijo Aura con un poco de enfado en su tono.

-Es claro que lo hacen para que no avancemos, seguro que a Luis y a Noelia no le hacen nada- dijo Selphie mientras miraba a su alrededor comprobando que estaban rodeados por todas partes por las shadows.

-Qué lista eres, se nota que estuviste un tiempo en Pax Universalis hasta que nos traicionaste- dijo un hombre vestido de miembro de Pax Universalis detrás de las shadows, un hombre de pelo rojo como el fuego y ojos verdes esmeraldas; Lea, el domador del fuego, uno de los Doce Guerreros y el oficial de Blade.

-Tardabais en aparecer ya, parecía incluso que esto iba a ser fácil- dijo Heia con cierta ironía.

-Lo bueno se hace esperar, o al menos eso es lo que dicen- le respondió Lea a Heia.

-Somos seis contra uno, creo que tienes las de perder- dijo Noelia con ganas de que Lea huyera.

-No, este es mío- dijo Michelle haciendo que todos se sorprendieran por esa actitud que de repente mostró, una actitud que nadie se esperaba.- Nunca me voy a olvidar de ti, todo el tiempo que estuve en Pax Universalis te he tenido rencor.

Lea, extrañado por esas declaraciones, hizo un gesto como si estuviera pensando para reírse de la chica del pelo negro.

-No te rías tanto Lea, yo también te tengo rencor, ella sola no se ocupará de ti, tendrá mi ayuda- dijo Aura haciendo que la sorpresa en los presentes aumentara.

Lea hizo un gesto y dijo:

-¡Ya me acuerdo! Pero eso fue hace bastante tiempo. Sois muy rencorosas, tenéis que ser menos vengativas.

Las dos chicas sonrieron a la vez.

-Por tu culpa nos unimos a Pax Universalis- dijo Michelle.

-Tú nos secuestraste de la Tierra cuando estaba siendo destruida- dijo Aura.

Todos comprendieron la situación entonces, y todos entendieron que el combate contra Lea sería de ellas dos.

-Solo veis la parte negativa, no pensáis en que os salve la vida. De haberos dejado allí hubieseis muerto junto a vuestro planeta- dijo Lea vacilando a las chicas.

-Mejor morir que hacer lo que hicimos- dijo Michelle con mucho carácter.

Lea se quedó mirando las caras de las dos chicas y vio en ellas una decisión clara, una decisión de combatir contra él.

-Bueno, si tanto queréis vuestra ‘venganza’, tomadla- dijo Lea mientras que una sonrisa se dibujaba en su cara.

En un instante, Lea se lanzó hacia las dos chicas sin que estas no pudiesen hacer nada recibiendo un ataque que hizo que las dos chicas retrocediesen gran parte del trayecto hacia la cima. Lea las había acompañado. Allí sería el combate.

-¿Estarán bien?- preguntó Luis preocupado por sus amigas.

-Sí, el ataque que han recibido no era fuerte, era únicamente para hacerlas retroceder en el camino y colocarse lejos de nosotros y de nuestra posible ayuda- dijo Heia con mucha confianza.

-Si es así… solo nos queda confiar en ellas- dijo Noelia con fe de que conseguirían vencer a Lea.

-Pues no esperemos más, destruyamos estas shadows y continuemos nuestro camino- dijo Luis ya con sus dos espadas en la mano y listo para luchar contra las shadows.

-No, vosotros, Luis y Noelia, tenéis que continuar, ya habéis perdido bastante tiempo- dijo Selphie con tono serio.

-Tenemos que llegar todos juntos…- dijo Noelia sin poder terminar la frase antes de que Heia le interrumpiese.

-Solo tenéis que llegar vosotros dos, los demás no somos necesario de momento- dijo Heia.

-Si lo sois, sin ayuda no podremos con los rivales que nos esperan allí adelante- dijo Noelia casi suplicando que les acompañasen.

-Lo sabemos, pero aquí hay mucho trabajo. No solo las shadows, aún quedan tres de los Doce Guerreros. Vosotros no podéis cansaros más, sino no tendréis ninguna posibilidad de vencer. Debéis de seguir el camino sin nosotras- dijo Selphie.

-Selphie… Heia…- dijo Noelia con cierta tristeza.

-Noelia, llevan razón. Ya estamos bastante cansados, más combates sólo nos cansarían más. Debemos seguir hacia delante, no solo por nosotros, sino por todos aquellos que están dándolo todo para que lleguemos- le dijo Luis a Noelia.

Sin decir ni una palabra más, los cuatro se intercambiaron las miradas. Todos sabían lo que tocaba hacer, todos sabían que había que confiar en que saliese bien.

Luis y Noelia salieron corriendo hacia la cima, sin pararse, sin mirar atrás, con su objetivo claro; terminar con esta batalla y con la guerra.

Luis y Noelia no tuvieron muchos más problemas y consiguieron llegar a la cima, donde les esperaba un comité de bienvenida.

Selphie y Heia se enfrentaron a las shadows, que aunque eran fáciles de vencer, el gran número de esas criaturas era molesto.

No tardaron mucho en aparecerse delante de Selphie y Heia tres miembros de Pax Universalis, los tres de los Doce Guerreros que quedaban por aparecer; Hades, el demonio; Herodes, el grande; Axel, el domador del hielo.

En seguida todas las shadows desaparecieron.

-Estoy feliz, nuestra misión es una de las mejores que nos podían tocar, matar a dos traidoras- dijo Axel con cierto tono cómico.

-Por fin nos toca luchar, parecía que nunca nos tocaría. Tengo ganas de matar a gente y desahogarme- dijo Hades con cierto tono maniaco.

-Relájate Hades, hay que cumplir la misión y ya está, no hay que volverse loco- dijo Herodes con tono sereno.

-Aunque seáis más, no podréis vencernos, tened claro que hemos venido hasta aquí para acabar con Pax Universalis- dijo Selphie con una sonrisa en su cara.

-Vais muy confiados, y eso es malo, y más aún si os enfrentáis a nosotras dos- dijo Heia con su arma ya en la mano.

Sin mediar más palabra, el combate empezó, Axel, Hades y Herodes contra Selphie y Heia.

No muy lejos de ese monte, encima del valle, una persona que no había sido visto por nadie observaba la batalla. No tenía intención de intervenir, solo quería ver.

Era un misterioso hombre que llevaba capa negra que le cubría todo el cuerpo. En su cabeza destacaba una chistera de color negro.

Su cara daba auténtico pánico; la mitad izquierda estaba tapada por una media máscara de teatro blanca; la otra mitad estaba al aire libre, y reflejaba una cara llena de heridas y cicatrices, una cara quemada por el fuego.

Este hombre se limitaba a observar. A observar y pensar. El hombre pensó en voz alta:

-Esta batalla es importante… bastante importante… demasiado importante. En esta batalla hay bastantes errores, errores que ya no se pueden solucionar, a no ser que se destruyan por completo. Pero, no hay que ir destruyendo a la ligera… eso nunca. Lo único seguro es que el final de esta batalla decidirá el futuro del universo. Todo depende de si la puerta se abre o no. Si se abre, pues no me quedará otra que acabar con los Errores del Destino. Ese es mi único propósito en mi vida, ser el vasallo de Destino y acabar con sus Errores. Soy Burn, el vasallo del Destino.

Este hombre observaría toda la batalla, sin intervenir en ella, solo observando para saber que tendría que hacer en un futuro no muy lejano.

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