La sala principal de reuniones de la Base de
Pax Universalis en Deserticon. Los Doce Guerreros reunidos. Detrás de cada
guerrero, sus aprendices si es que tenían. Presidiendo la mesa, los tres
Grandes Generales; SilverFox, Máximo y Nirvana.
-Esta reunión es importante, se ha decidido
quien irá al Castillo de Lugar Rencuentro a esperar al Grupo de Rebeldes que
nos están empezando a ocasionar problemas- comenzó diciendo Máximo.- Hesoda, el
líder de Pax Universalis, junto a nosotros tres, hemos decidido cómo será la
operación. Antes de decir los nombres de quienes participaran, decir que no hay
que eliminarlos. Dentro de ese grupo hay dos personas importantes para
nosotros, así que mejor que sobrevivan a que mueran.
-La verdad es que hay otra importante- dijo
Nirvana.- Hay un agente nuestro entre ellos, un espía. Ninguno de vosotros lo
sabía, contra menos gente lo supiera mejor. Lo sabíamos sólo Hesoda, nosotros
lo generales y…
-Yo- dijo Saix interrumpiendo a Nirvana.- La
idea fue mía y la persona enviada es mi segundo aprendiz. Actuará cuando tenga
que hacerlo, así que cuidado a ver si os vais a enfrentar a él y lo matáis.
Esta declaración provocó una ola de sorpresa
en la sala.
-Bueno, dejemos eso para aquellos que
participen en la misión- dijo SilverFox.- Ahora centrémonos en quienes hemos
decidido que vayan. En primer lugar ira Simón, quien tomó varias notas de los
rebeldes y sabe cómo enfrentarlos. Selphie, Wei, Heia y Lea con sus
correspondientes aprendices van por ya haberse enfrentado a ellos en ocasiones
anteriores. A ellos se unirá Axel, por su gran habilidad en el combate.
-Otra de los que irán al Castillo- continuo
Máximo- es la nueva miembro de los Doce Guerreros, la antigua aprendiz de
Larxene y quien ha tomado su mote de la chica rayo, Cintia.
-Lo haré lo mejor que pueda para vengarme de
Larxene- dijo Cintia con ganas de vengarse de Sue y Selene.
-El último miembro de los Doce Guerreros será
Saix, por su gran poder y por ser el único que puede darle la orden al espía de
que ataque- dijo Máximo.- Además de estos ocho miembros de los Doce Guerreros
iremos SilverFox y yo para supervisar y entrar en acción en caso de que sea
necesario. Como podéis ver por la cantidad de gente que va, se trata de una
misión muy importante en la que nada puede salir mal.
-Me siento indignado- dijo Hades con enfado en
su voz.- Llamáis a la mayoría de los Doce Guerreros pero a mí no. Yo soy capaz
de vencer a la mayoría de ellos.
-Si tú crees que deberías haber estado,
imagínate yo, soy más fuerte que tú, debería de estar en ese Castillo. Si esos
chiquillos se hubieran enfrentado a mí no hubiesen podido escapar- dijo Herodes
con indignación.
-Tranquilizaos chicos, ya nos requerirán otra
misión, ahora lo importante es obedecer y desear que la misión sea un éxito-
dijo Terra calmado para tranquilizar a Hades y a Herodes. Detrás de Terra
estaba Guido, quien se alegraba de no ir a la misión y de no enfrentar a Noelia.
Sin embargo, quien si tendrían que enfrentar a
Noelia eran Aura, Michelle, Naryam y Xavier. Ninguno de los cuatro mostró
emoción ninguna. Naryam y Xavier tenían claro que Pax Universalis estaba por
encima de familia o amigos. Aura y Michelle estaban tranquilas por algún motivo
desconocido.
-¡¿CÓMO QUE NO ESTOY YO EN LA MISIÓN??!!- gritó
Lar haciendo que todo el mundo callase.- ME HE ENFRENTADO A ELLOS EL QUE MÁS,
QUIERO IR Y ACABAR LO QUE EMPECÉ. NO PUEDO PERMITIR QUE ME HAYAN VISTO Y QUE
SIGAN VIVOS- la ira invadía a Lar de una manera incontrolada.
-La razón de que no estés es esa misma- dijo
SilverFox calmado.- Has fallado dos veces, no permitiremos que falles tres. Sé
que estarás frustrado, pero es así.
-ESTO NO VA A QUEDAR ASÍ- dijo Lar quien a
continuación se marchó de la sala.
Después de la marcha de Lar se fueron el resto
quedándose solo aquellos que iban a participar en la misión y organizar la
trampa.
Una vez terminó la reunión, cada uno de los
miembros se marchó a descansar a sus aposentos.
El día en que partieron hacia la misión llegó.
Todos se fueron excepto una persona que se atrasó, Simón.
-No tardes mucho en llegar Simón- le dijo
SilverFox.- Ya han recibido el mensaje, pueden llegar al Castillo en cualquier
momento.
-Tranquilo SilverFox, antes quiero ver si
puedo calmar a Lar- le contestó este.
-Eso es complicado, que no te atrase mucho
eso.
Tras esto SilverFox se marchó por un portal
oscuro. Simón se dirigió al lugar donde había quedado con Lar. Un lugar
aparatado de la base donde no había nadie.
-¿Qué quieres?- preguntó Lar a Simón con tono
borde.
-Algo simple Lar, debes controlar tus
sentimientos. Si quieres ganar y conseguir aquello que persigues debes
calmarte y serenarte. Si haces que tus sentimientos te controlen serás incapaz
de ello.
-Tú que sabrás, no sabes nada de mí.
-Sé cómo llegaste a Pax Universalis Lar.
-Eso no tiene nada que ver con esto. Yo seré
quien se encargue de Noelia, y nadie más. Si me quieres ayudar, llévame contigo
y escóndeme en el Castillo.
-No puedo hacer eso, las órdenes hay que
cumplirlas. Si hago eso me jugaría el cuello.
-Iré al Castillo me ayudes o no, tenlo claro-
dijo Lar quien le dio la espalda a Simón.
-Si haces eso te tendré que detener- le dijo
Simón.
-No tendrás tiempo a eso- dijo Lar quien
invocó su dos espadas y se las hincó a Simón con ojos llenos de ira.- Y ahora
yo ocuparé tu sitio en el Castillo, espero que no haya empezado la fiesta sin
mí.
Lar se metió en un portal oscuro y se dirigió a Lugar
Rencuentro mientras que Simón, el estratega, miembro de los Doce Guerreros, se
desintegraba a sus espaldas.
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